Recordemos que Nicolás de Maquiavelo, en su dedicatoria a Medici, lo hace asumiendo su estatus social como una ofrenda para congraciarse con el príncipe, esta ofrenda es nada menos que el “conocimiento de las acciones de los hombres” para ser aplicado en las decisiones políticas que permitieran hacerse y mantenerse en el poder absoluto, y que le es inherente a los Principes. Creo que el autor, Stanley, de alguna forma, le falta el respecto a Maquiavelo, creo que las motivaciones que este tenía son mucho más nobles que las de cualquier corporación y que los ejecutivos de estos están más cerca de los gusanos que de los príncipes.
Kirchner, debió leer a maquiavelo!
El habla de que “la política tiene como fin”, conservar, aumentar y conquistar el poder para crear una unidad política.
Los instrumentos del poder son la fuerza y el consentimiento león (fuerza) y zorra (astucia), por lo tanto deberá organizar la fuerza y el consentimiento. La fuerza, en las épocas de maquiavelo eran las armas, seguridad interior y defensa exterior (de lo cual nosotros carecemos totalmente, solo lea los diarios) y el zorro supone el arte de disimular y aparentar para configurar la opinión pública y ganarse afectos del pueblo (Kirchner y su kris van por el 80% de rechazo en la opinión publica).
Maquiavelo creía en un príncipe absoluto, con una política con recursos ante una crisis y con un pueblo libre, que se gobierne a sí mismo, en un estado estable, con un uso mesurado de la fuerza (formula: leon = dictadura; zorro= democracia).
Para maquiavelo, la religión es un instrumento del poder político, un espacio de integración. Mire como está Kirchner con la iglesia, de los pelos claro, Lupito fiel a su estilo mediocre.
Kirchner, supo tener un argumento maquiavélico, que fue la fuerza, basada en el manejo de “la caja” del Estado Argentino. Obviamente careció del otro argumento, la astucia. De ahí que supo acumular poder, pero tan pronto lo tuvo, se dedicó a perderlo todo. De todas formas, no seamos necios, algunos “pesitos” (dólares y propiedades a doquier) les va a quedar. Quizás, a futuro tenga algunos contratiempos con la justicia, que le impida disfrutar, aunque esto talvez sea solo una expresión de deseos. De todas formas, Máximo y Florencia no tendrán por que preocuparse, salvo claro, que se dediquen a la política.
Kirchner, es como un niño malo, que costruye su castillo de arenas, y cuando este está ahí, imponente, lo enfada, porque no llama toda la atención que el necesita, para poder alimentar su baja autoestima, entonces lo toma a patadas.
Lo cierto es que, en el interior de Kirchner, la locura le ganó la ambición de poder, y si leyó a Maquiavelo, no lo entendió, este tipo, Lupito, el chico resentido social, tuvo la oportunidad de hacerse y mantenerse con el poder político absoluto de la Argentina, y lo arruinó todo, en realidad estoy comenzando a pensar que este tipo es un pobre diablo que solo tuvo suerte, que en su momento, merced a su falta de escrúpulos, su ambición y su gran insensibilidad pudo llegar a dónde llegó, y seamos honesto, llegó muy alto. Pero su peor enemigo, además de la falta de inteligencia y sentido común, fue su carácter y su falta de control de las emociones. Pobre diablo, lástima los argentino, que más pobre diablos somos, si nos dejamos someter por un loco mediocre desquiciado. Este tipo ni siquiera tuvo la delicadeza de leer a Maquiavelo.
Creo que tampoco tiene mucho sentido dedicarle demaciado tiempo a escribir sobre los Kirchner, ya perdí demaciado tiempo, pasemos a otra etapa. Ya vi, lo que quería ver.
Kirchner, debió leer a maquiavelo!
El habla de que “la política tiene como fin”, conservar, aumentar y conquistar el poder para crear una unidad política.
Los instrumentos del poder son la fuerza y el consentimiento león (fuerza) y zorra (astucia), por lo tanto deberá organizar la fuerza y el consentimiento. La fuerza, en las épocas de maquiavelo eran las armas, seguridad interior y defensa exterior (de lo cual nosotros carecemos totalmente, solo lea los diarios) y el zorro supone el arte de disimular y aparentar para configurar la opinión pública y ganarse afectos del pueblo (Kirchner y su kris van por el 80% de rechazo en la opinión publica).
Maquiavelo creía en un príncipe absoluto, con una política con recursos ante una crisis y con un pueblo libre, que se gobierne a sí mismo, en un estado estable, con un uso mesurado de la fuerza (formula: leon = dictadura; zorro= democracia).
Para maquiavelo, la religión es un instrumento del poder político, un espacio de integración. Mire como está Kirchner con la iglesia, de los pelos claro, Lupito fiel a su estilo mediocre.
Kirchner, supo tener un argumento maquiavélico, que fue la fuerza, basada en el manejo de “la caja” del Estado Argentino. Obviamente careció del otro argumento, la astucia. De ahí que supo acumular poder, pero tan pronto lo tuvo, se dedicó a perderlo todo. De todas formas, no seamos necios, algunos “pesitos” (dólares y propiedades a doquier) les va a quedar. Quizás, a futuro tenga algunos contratiempos con la justicia, que le impida disfrutar, aunque esto talvez sea solo una expresión de deseos. De todas formas, Máximo y Florencia no tendrán por que preocuparse, salvo claro, que se dediquen a la política.
Kirchner, es como un niño malo, que costruye su castillo de arenas, y cuando este está ahí, imponente, lo enfada, porque no llama toda la atención que el necesita, para poder alimentar su baja autoestima, entonces lo toma a patadas.
Lo cierto es que, en el interior de Kirchner, la locura le ganó la ambición de poder, y si leyó a Maquiavelo, no lo entendió, este tipo, Lupito, el chico resentido social, tuvo la oportunidad de hacerse y mantenerse con el poder político absoluto de la Argentina, y lo arruinó todo, en realidad estoy comenzando a pensar que este tipo es un pobre diablo que solo tuvo suerte, que en su momento, merced a su falta de escrúpulos, su ambición y su gran insensibilidad pudo llegar a dónde llegó, y seamos honesto, llegó muy alto. Pero su peor enemigo, además de la falta de inteligencia y sentido común, fue su carácter y su falta de control de las emociones. Pobre diablo, lástima los argentino, que más pobre diablos somos, si nos dejamos someter por un loco mediocre desquiciado. Este tipo ni siquiera tuvo la delicadeza de leer a Maquiavelo.
Creo que tampoco tiene mucho sentido dedicarle demaciado tiempo a escribir sobre los Kirchner, ya perdí demaciado tiempo, pasemos a otra etapa. Ya vi, lo que quería ver.
